Esta mañana, en el marco del Día Mundial de la Salud, el SIPRUS-Fesprosa realizó un acto en Rosario que se sumó a las iniciativas efectuadas en más de diez provincias por profesionales de la salud. A nivel local, en unidad de acción con ATE Rosario, se reclamó por la salud pública como derecho, salarios y condiciones dignas de trabajo, la desprecarización laboral en el sector y el pase a planta de los contratados bajo el lema “no hay salud pública con trabajadores sin derechos”
La esquina de Laprida y Rioja se llenó a media mañana de banderas naranjas. Decenas de trabajadores y trabajadoras del Siprus dijeron presente para expresar sus reclamos en el Día Mundial de la Salud. María Fernanda Boriotti, Presidenta del SIPRUS, recordó que al día de hoy “hay más de diez provincias en situación compleja con las negociaciones paritarias, porque se avanza sobre los derechos de los trabajadores y la ciudadanía, al querer arancelar la salud pública y volver a los ‘90, cuando no era un derecho de todos los habitantes del país”.
En sintonía, la referente del Siprus Rosario, Elsa Sampallo, manifestó su “gran preocupación por el deterioro de la salud de la población, producto de las políticas públicas aplicadas durante muchos años, que afectaron la salud de la población y que no implementaron recursos para afrontar la garantía del derecho a la misma”. Se preguntó además “si el gobierno provincial y nacional tienen planteado seriamente terminar con la flexibilización y la precarización laboral”. Quizás con una respuesta dada por los hechos concretos, aclaró que “la esperanza está cifrada en la unidad con otros sectores estatales que nos vemos afectados por las mismas políticas”.
Nerina es trabajadora de un centro de atención primaria y tiene un cargo de 24 horas semanales, con alrededor de mil adscriptos. Aunque no es su caso personal, sí comentó que ya más de 14 profesionales renunciaron en el centro de salud por problemas con su salario. Consideró que actualmente “la demanda superó ampliamente” la estructura de Salud y lo que se sostiene es “a costa del esfuerzo y cuerpo de los trabajadores en muy malas condiciones de trabajo”. La zona donde trabaja no cuenta con sistema de salud más allá de la atención primaria, ni agua potable y hay gente indocumentada y analfabeta. “Hablar de salud sin agua y DNI dificulta cualquier posibilidad de garantizar derechos”, remarcó Nerina. Por eso consideró urgente “disminuir inequidades, garantizar la salud”, pero para eso “se necesitan cada vez mas políticas de un Estado que cada vez se achica más en el territorio”.
Tras aceptar el SIPRUS la paritaria en disconformidad, Boriotti comentó que “actualmente estamos abocados a que se cumpla lo firmado y que se cumplan deudas anteriores, saneando el estado de todos los profesionales de la salud, para avanzar en las políticas que queremos dar, siendo partícipes de ellas. Nuestro concepto de salud es universal, público y de calidad para toda la población. Para ello hace falta una voluntad política muy fuerte. La salud es un derecho, la salud privada es un mero negocio y no debemos permitir que desde las políticas de Estado se negocie con los privados que solo suman dinero, restando a los ciudadanos calidad y acceso a un derecho humano como la salud”, concluyó Boriotti.