La muerte de un paciente tras una larga demora en la sala de espera de la guardia hizo evidentes muchas de las condiciones de trabajo y atención que Siprus- Fesprosa venía denunciando. El hospital Centenario, el de tercer nivel más importante de la provincia, cuenta con sólo tres profesionales médicos en la guardia externa. Si bien fue remodelada hace algunos años, el espacio y la capacidad de atención son reducidos para la demanda que tiene el servicio. Basta recorrer el lugar para ver a los pacientes, que luego de ser atendidos están recibiendo un tratamiento o esperando un estudio complementario, amontonados uno al lado del otro en sillas por falta de camillas y consultorios adecuados. Pacientes que “quedan” internados en la guardia durante varios días por falta de camas en toda la red. Por falta de decisión política sanitaria, de personal y de capacitación no se realizan tareas de triage, que permitiría la evaluación de qué es prioritario resolver con más urgencia (el pedido realizado por los trabajadores y apoyado por Siprus- Fesprosa nunca fue escuchado).
Cabe destacar que en las guardias de los hospitales hasta un 50% de los médicos que ahí se desempeñan, trabajan como monotributistas ( en negro),algunos desde hace más de cuatro años. La guardia del Centenario no es la excepción. La inauguración de la nueva fachada del hospital contrasta con las obras de ampliación de la guardia que en teoría estaban presupuestadas, pero nunca comenzaron.
Más allá de las participaciones singulares de los actores que estuvieron en esa situación concreta, hay que dejar en claro que la responsabilidad de las condiciones de atención es del gobierno, que debe invertir para que los trabajadores tengan las condiciones adecuadas para desarrollar sus tareas y que la población (que sostiene con sus impuestos el sistema) acceda a servicios de salud de calidad.