El 16 y 17 de septiembre de 1969 tuvo lugar el Segundo Rosariazo, nombrado por la historiadora Beba Balvé como ‘el hecho maldito’ de la ciudad. Desde los sindicatos SIPrUS, SOEAR, ATE Rosario, COAD, AMSAFE Rosario, CTAA Rosario y Jaboneros Rosario-VGG, decidimos recordar este hito indeleble de la historia de lucha obrera y popular de Rosario.
Los acontecimientos de aquellas jornadas de alzamientos obrero-estudiantiles que se enmarcaron dentro de los Azos del 69 y que sentaron las bases para el derrocamiento del proyecto de la autodenominada «Revolución Argentina», se narran en la nota que compartimos y en este video
SEGUNDO ROSARIAZO
16 Y 17 DE SEPTIEMBRE DE 1969
MEMORIA PARA LA LUCHA
Por Leónidas Noni Ceruti / Fotos: Carlos Saldi
La historia de los trabajadores en la Argentina, es amplia y variada, con múltiples miradas, pero existen vacíos y silencios de distintas historias. Muchas han sido las formas de negar la presencia de los trabajadores en la historia argentina. Desde borrar toda referencia a ellos en las historias oficiales hasta la destrucción de los documentos, periódicos, y otros materiales que las distintas organizaciones sindicales han producido y lo siguen haciendo.
Como parte de la lucha ideológica, contra los postulados de las clases dominantes de Rosario, que pretenden ocultar las luchas obreras y populares de la ciudad, debemos recordar año tras año, cada aniversario del Segundo Rosariazo o el Rosariazo Proletario.
No hay que Olvidar, debemos Rescatar y Difundir las grandes gestas obreras de la ciudad y el país. Unir aquellas luchas con las de hoy, con la voluntad de continuar día a día, luchando por los derechos de los trabajadores y contra las injusticias de esta sociedad.
Hace muchos años, la historiadora Beba Balvé, señaló que el “Segundo Rosariazo es el hecho maldito de la ciudad. De eso no se habla, no se recuerda, pareciera que el fuego anti dictatorial continuara quemando”.
Ante esa masiva protesta, y por lo que significó política y socialmente en el desarrollo y crecimiento de distintos gremios, activistas sindicales, agrupaciones obreras y políticas, muchos nos preguntamos ¿Por qué la recordación del Segundo Rosariazo, aparece como “el hecho maldito” en la historia de los rosarinos? ¿Porque muy pocos quieren recordarlo? ¿Por qué la movilización de masas más importante de la historia de la ciudad (los cálculos de la población que participó de esas jornadas van desde las 100.000 a las 250.000), no se recuerda, de eso no se habla. ¿Por qué se hacen actos, notas, mesas redondas, documentales, por otros acontecimientos? ¿Por qué los medios de comunicación hablaron durante años del Rosariazo de mayo de 1969 y se olvidaban del Segundo Rosariazo de septiembre? De eso no saben las nuevas generaciones y las viejas muy poco quieren recordar.
Pensamos que el motivo es que las clases dominantes tomaron nota de la capacidad de lucha y la fuerza de los trabajadores junto a otros sectores sociales. Por eso durante años hubo una “conspiración de silencio” por parte de algunos periodistas, medios de comunicación, como también de dirigentes gremiales y políticos “arrepentidos” de esos pecados de juventud. Pero la tozuda voluntad de varios militantes por recuperar y mantener viva la memoria histórica de ese acontecimiento, hizo que desde hace varios años de eso se Hable, se Recuerde, y cada vez aparezcan más publicaciones, libros, videos, películas, jornadas de homenaje y debate.
Debemos recordar a los Rosariazos, por la decisión de ganar las calles de todo el pueblo de la ciudad, contra una dictadura. Además en cada barricada reinó la alegría, la solidaridad, se disfrutaba la pelea por la libertad, y la bronca anti dictatorial florecía en las manifestaciones donde codo a codo luchaban peronistas, comunistas, socialistas, radicales, independientes.
Por todo esto, debemos preservar la memoria histórica de las luchas del pueblo de Rosario, para que de eso sí se hable y se recuerde.
¿QUÉ FUÉ EL SEGUNDO ROSARIAZO?
La dictadura militar de 1966, tras intervenir “La Unión Ferroviaria”, anuló convenios, conquistas, produjo rebajas de categorías y de sueldos, 116.000 empleados y obreros fueron sancionados.
El 8 de septiembre de 1969, el Cuerpo de Delegados de la Seccional Rosario del Ferrocarril Mitre y la Comisión Coordinadora de la Unión Ferroviaria comunicaba que “se iniciaba una huelga de brazos caídos en los lugares de trabajo”, tras la suspensión de un delegado administrativo. Pararon ese día los Talleres de Rosario, Pérez, Villa Diego, y personal administrativo. Por la noche en una masiva asamblea se decidió continuar la huelga, esta vez por 72 horas, con la adhesión de La Fraternidad, y la medida se extendió a las Seccionales de Arroyo Seco, Empalme, Villa Constitución, San Nicolás, Cañada de Gómez y Casilda.
La empresa anunció suspensiones, la CGT Rosario se declaró “en estado de alerta y convocó a un plenario”, mientras los delegados declararon la huelga por tiempo indeterminado a partir del día 12. La solidaridad del resto de los ferroviarios se extendió por todo el país. La dictadura a través del CONASE (Consejo Nacional de Seguridad), ordenaba la aplicación de la Ley de Defensa Civil, por lo cual todo el personal ferroviario era movilizado, con convocatoria militar y les sería aplicado el Código de Justicia Militar.
Un plenario de 32 gremios de la CGT Unificada de Rosario, resolvió realizar un paro por 38 horas, los días 16 y 17. La solidaridad llegaba de todos los trabajadores de Rosario. Los estudiantes universitarios y los partidos políticos se sumaron al paro.
Desde las 10 hs, masivas columnas de trabajadores comenzaron a marchar partiendo de sus sedes sindicales o de los lugares de trabajo. Desde La Fraternidad más de 7000 ferroviarios, se dirigieron a la empresa Minetti, posteriormente se les sumaron los obreros textiles de Extesa, se incorporan los trabajadores del vidrio, de la construcción, etc. Desde Oroño al 1300, marchó la columna de Luz y Fuerza, y otra lo hizo de la Usina Sorrento. Del sur venían los obreros del frigorífico SWIFT, los portuarios y los metalúrgicos. Todos trataban de converger al local de la CGT, en Córdoba al 2100. Los estudiantes concentrados en las distintas facultades se unían a las columnas.
Al comenzar la represión policial, ésta lograba parcialmente dispersar a los manifestantes, pero pronto levantaban barricadas, resistían, se reagrupaban y continuaba la protesta. Por toda la ciudad aparecían barricadas en donde se encontraban peronistas, radicales, comunistas, socialistas, etc. Los puntos de concentración aumentaban, se incendiaban los colectivos y troles que no paraban, y la policía se fue replegando.
Con el correr de las horas, era cada vez mayor la cantidad de vecinos que se sumaban a la protesta, y la lucha se desplazó a los barrios. Se incorporaron las amas de casa y los niños, y durante toda la jornada se turnaron para mantener en actividad las barricadas, donde se realizaban espontáneas asambleas para discutir cómo continuar.
Las fuerzas policiales fueron desbordadas, y no consiguieron penetrar en Empalme Graneros, algunas zonas de Arroyito, en varias manzanas de la zona sur, y en numerosos barrios.
El Ejército se hizo cargo de la represión y comenzó a recuperar el control de la ciudad. Un desconocido Coronel Galtieri, comandaba uno de los batallones. Los enfrentamientos siguieron por la noche y durante el día 17.
Por todo esto cada 16 y 17 de septiembre debemos recordar el Segundo Rosariazo y homenajear a todos los protagonistas de ese alzamiento popular.
¿QUE SIGNIFICARON LOS AZOS DEL 69?
La Marcha del Hambre de Villa Ocampo (Sta Fe), las protestas de los estudiantes correntinos, el “I Rosariazo”, el Cordobazo y el «II Rosariazo”, el alzamiento en Cipolletti, terminaron de derrotar el proyecto “sin límites” de Onganía.
Desde 1969, todo se aceleró y constituyó un punto de viraje en la evolución del país. Se vivió un proceso de cambios entre los trabajadores, en los gremios, los estudiantes universitarios, partidos políticos, y en las principales tendencias que se expresaban dentro de la dictadura.
El Cordobazo y los Rosariazos, expresaron la explosión de la bronca acumulada en varios años de deterioro económico-social, opresión política y gremial, sumada a la proscripción del peronismo, perdida de conquistas históricas de los asalariados y deseos de cambios.
Esos alzamientos populares tuvieron como protagonistas fundamentalmente a la clase obrera y a los universitarios que fueron sin duda las fuerzas con que contó el movimiento anti dictatorial.
Esos movimientos de masas actuaron como factores de presión para cambios dentro del propio gobierno nacional y dejaron dos consecuencias: comenzó a enterrarse el proyecto que no tenía plazos, y se inició un proceso político en toda la sociedad.
Las grandes movilizaciones demostraron la capacidad de lucha, creatividad, y solidaridad del pueblo.
La clase obrera desde 1969 vivió uno de los periodos más ricos en experiencias de su historia, con luchas en la legalidad y la clandestinidad, con derrotas y triunfos, etc. Enriqueció las vivencias de varias décadas anteriores, como los cuerpos de delegados, comisiones internas, el accionar de los sindicatos, el ejercicio de la democracia directa, tomas de fábricas, organización de huelgas, paros activos, movilizaciones, etc.
Se produjo un puente histórico entre generaciones con conocimientos y hábitos distintos, y la síntesis de ese proceso llevó a nuevos intentos, y así se sucedieron acontecimientos, algunos rescatables y otros no. Vale la pena mencionar las luchas que venían desde la Resistencia en las fábricas y barrios obreros luego del golpe del 55; las importantes huelgas y conflictos durante el gobierno de Frondizi y la implementación del represivo Plan Conintes, los Programas de La Falda y Huerta Grande, el Plan de Lucha de la CGT entre mayo de 1963 y julio de 1965, que incluyó la ocupación simultáneamente de miles de fábricas en una jornada.
Por todo eso debemos hacer memoria con el Segundo Rosariazo.